A punto de tener un mes en el Reino Unido, la experiencia va tomando forma, se va asentando en el solvente, se nota, cerca del fondo, que la solución está ligeramente saturada. Sabores, olores, colores, sonidos y la experiencia fenoménica en general, se va agolpando, en un jab interpretativo tras otro.
Las velocidades, son, definitivamente distintas a la de mi querido trópico venezolano, tan cerca del ecuador y tan lejos de mi. El correo, que no es, definitivamente, uno de los mejores servicios públicos en Venezuela, aquí es una empresa bandera: The Royal Mail. Claro, con semejante prefijo, cualquiera. Tan sencillo que si alguien se mete contigo en la calle, le puedes decir: “pendiente, que trabajo para la realeza”. Nada más y nada menos. Es la diferencia con la banca, que aparte de no tener tanto tino haciendo instrumentos transparentes y confiables, son lentos. Si, están leyendo bien, el banco ese horrendo, donde usted va y sabe muy fácilmente cuando se cobra la pensión por vejez es más rápido que cualquier banco de acá. A-si-de-sen-ci-llo.
El poder de la monarquía hace su esfuerzo, en pleno siglo XXI, por seguir pareciendo designado celestialmente. Esto, se nota claramente, en la presencia simbólica de la Reina Madre, en cuanta bodega, kiosco, fábrica de muebles, empacadora, hostal, bandeja de frigorífico y pare usted de contar. La Reina, designa quien hace que cosa, al parecer, con una velocidad, eficiencia y margen de acción que solo alguien asignado divinamente podría afrontar. Es muy distinto a lo que leo en la etiqueta de Carlsberg, que podría traducirse como "Para la Corte Real de Dinamarca", que suena pomposo y honorable, e incluso como un gesto de entrega a la Corona Danesa. En cambio, en el Reino Unido, las cosas no son para la Reina, son designadas por la Reina, se lee claramente "Designado por la Reina". Pero no para su uso exclusivo, sino para el de todos sus súbditos - y de los invitados. En otras palabras, es como un ISO 9001:2008 celestial.
La calle donde vivo, se llama, adivinen como: Queens Road! En la misma calle hay cerca de 20 negocios que llevan, en alguna parte el epíteto "Queen". Las barberías, en cambio, han hallado la manera de ser la Barbería del Rey, en diferentes maneras, sin pisarse los talones ni dejar a un lado los molestos derechos de autor, que han permitido que los comerciantes se las arreglen con algo de ingenio, para inventar unos 15 nombres de barbería donde se asoma o se dice explícitamente, que el Rey iría a cortarse el pelo allí, si pudiera hacerlo.
Otra cosa que he podido notar, es que los británicos se sienten con licencia para burlarse de la Reina y de toda la corte real, con la misma facilidad con la que se burlan de sí mismos. El enorme disfrute que encuentran los británicos haciendo chiste de sí mismos, caricaturizando su refinación, tanto como sus maneras más simples y gruesas, llama la atención, a cualquiera que este acostumbrado a un sentido del humor mucho más enfocado en hacer goce de la diferencia, más que de las mismidad.
Y bueno, como dirían por acá: God save the Queen!
P.D. 1: No es coincidencia que nada mas esas dos palabras vayan en mayúscula en la misma frase... Monarquías!
P.D. 2: He colocado los acentos que he podido a través del corrector ortográfico y sufro enormemente por no poder apegarme a mis apreciadas formalidades de la Real Academia Española, pero la culpa es del teclado!
Las velocidades, son, definitivamente distintas a la de mi querido trópico venezolano, tan cerca del ecuador y tan lejos de mi. El correo, que no es, definitivamente, uno de los mejores servicios públicos en Venezuela, aquí es una empresa bandera: The Royal Mail. Claro, con semejante prefijo, cualquiera. Tan sencillo que si alguien se mete contigo en la calle, le puedes decir: “pendiente, que trabajo para la realeza”. Nada más y nada menos. Es la diferencia con la banca, que aparte de no tener tanto tino haciendo instrumentos transparentes y confiables, son lentos. Si, están leyendo bien, el banco ese horrendo, donde usted va y sabe muy fácilmente cuando se cobra la pensión por vejez es más rápido que cualquier banco de acá. A-si-de-sen-ci-llo.
El poder de la monarquía hace su esfuerzo, en pleno siglo XXI, por seguir pareciendo designado celestialmente. Esto, se nota claramente, en la presencia simbólica de la Reina Madre, en cuanta bodega, kiosco, fábrica de muebles, empacadora, hostal, bandeja de frigorífico y pare usted de contar. La Reina, designa quien hace que cosa, al parecer, con una velocidad, eficiencia y margen de acción que solo alguien asignado divinamente podría afrontar. Es muy distinto a lo que leo en la etiqueta de Carlsberg, que podría traducirse como "Para la Corte Real de Dinamarca", que suena pomposo y honorable, e incluso como un gesto de entrega a la Corona Danesa. En cambio, en el Reino Unido, las cosas no son para la Reina, son designadas por la Reina, se lee claramente "Designado por la Reina". Pero no para su uso exclusivo, sino para el de todos sus súbditos - y de los invitados. En otras palabras, es como un ISO 9001:2008 celestial.
La calle donde vivo, se llama, adivinen como: Queens Road! En la misma calle hay cerca de 20 negocios que llevan, en alguna parte el epíteto "Queen". Las barberías, en cambio, han hallado la manera de ser la Barbería del Rey, en diferentes maneras, sin pisarse los talones ni dejar a un lado los molestos derechos de autor, que han permitido que los comerciantes se las arreglen con algo de ingenio, para inventar unos 15 nombres de barbería donde se asoma o se dice explícitamente, que el Rey iría a cortarse el pelo allí, si pudiera hacerlo.
Otra cosa que he podido notar, es que los británicos se sienten con licencia para burlarse de la Reina y de toda la corte real, con la misma facilidad con la que se burlan de sí mismos. El enorme disfrute que encuentran los británicos haciendo chiste de sí mismos, caricaturizando su refinación, tanto como sus maneras más simples y gruesas, llama la atención, a cualquiera que este acostumbrado a un sentido del humor mucho más enfocado en hacer goce de la diferencia, más que de las mismidad.
Y bueno, como dirían por acá: God save the Queen!
P.D. 1: No es coincidencia que nada mas esas dos palabras vayan en mayúscula en la misma frase... Monarquías!
P.D. 2: He colocado los acentos que he podido a través del corrector ortográfico y sufro enormemente por no poder apegarme a mis apreciadas formalidades de la Real Academia Española, pero la culpa es del teclado!
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