miércoles, abril 23, 2008

Muchos de nosotros conocemos la famosa fórmula de Einstein. Pensemos un poco respecto a la fórmula y nos damos cuenta de que hoy día los elementos que la conforman constituyen problemas difíciles de manejar, a saber:
  • Energía: recientemente, un artículo del Harvard Business Review habla respecto a la administración de la energía como punto crucial, siendo la administración del tiempo una interpretación recortada de la gestión del día a día. Este proceso del management de la vida nos ha ido inundando y el hacer una gestión empresarial del rendimiento cotidiano se ha vuelto cada vez más desenfrenado. Métricas empresariales, software, pruebas psicométricas, libros de autoayuda. Todos tienen que aportar y en medio de la fiebre no podía darme el lujo de que esto se quedara sin una pipa que nublara un poco el ambiente.

  • Masa: Sin complicarnos demasiado en cuestiones que no domino en absoluto, la masa a la que se refiere Einstein y por la cual se puede lograr idear una bomba nuclear – que es lo que interesa – es la masa invariante, en otras palabras, en reposo. Nosotros, en reposo, también somos, día a día una bomba nuclear en potencia. Muy tranquilos mientras comemos Doritos viendo la serie o mientras otros ven la novela. Un reposo mental, la invariancia de la mente suspendida en la pantalla, oculta la posibilidad siniestra de una explosión. En algunos casos se le llama infarto, en otras oportunidades… Locura temporal…
  • Velocidad de la luz: ¿Qué sería de nosotros si pudiéramos ir a esta velocidad? Apenas logramos llegar a los 240 Km/h y nos matamos como unos bolsas. En nuestros corazones arde el deseo de ir más rápido, pero no que la Humanidad, con mayúscula vaya más rápido, sino nosotros ir más rápido que la cuerda de ratas que están afuera esperando para jodernos. Es así, revisen un momento los breves segundos que han tenido para pensar durante el día, entre tarea y tarea, mandado y mandado, cola y diligencia, con uno que otro peo y verán que siempre, todos, queremos ir más rápido, pero nosotros nada más…

  • Al cuadrado: Esto si es bastante complicado. El pequeño número dos flotante es esquivo y quisiéramos aplicarlo para pocas cosas y que no exista para muchas. Es el caso de los reales, todo el mundo quiere su sueldo al cuadrado, pero no las deudas. Algunos quieren tener mujeres u hombres al cuadrado, pero solo los que tienen más de una – cuidado con una falla de cálculo y se quedan con el mismo zagaletón(a) al cuadrado – ¿Es algo digno de reflexión? En absoluto. Para eso estamos, para zumbarnos en este mar de palabras e intentar, en medio de la absoluta desorientación entreternos y llegar a algún lado por pura suerte.
En definitiva, E =mc2 nos llena de perplejidad. Nos hace pensar que desde que lo leímos por primera vez en Meridianito no ha cambiado mucho y que nuestra mente está como m – en reposo – a la espera de una explosión nuclear de creatividad, aprendizaje o simplemente suerte. Y, aunque Einstein haya dicho que Dios no juega a los dados, los misterios de los acontecimientos de la vida nos hacen pensar que quizás, somos los dados de un juego infinito, donde la apuesta siempre es todo por el todo.