jueves, diciembre 18, 2008

El año está por terminar. El blog tiene menos de una entrada mensual, por este lado, la cosa no va bien con los propósitos del año pasado. Tampoco estoy en Londres y ahora no tengo carro.
La cosa pareciera no pintar bien, la Reforma que rechazamos en Reférendum fue impuesta por Ley Habilitante parcialmente y lo que falta quieren volver a consultarlo, a ver si la opinión está distinta ahora. Y las opiniones cambian.
No, definitivamente no va bien la cosa, el petróleo bajó a menos de un tercio de lo que llegó este año, menos de un tercio del promedio de los últimos años aproximadamente. Terrible, terrible. Caracas huele peor, hace más bulla, está más violenta, más sangrienta...
Y uno piensa "¿Será que me voy para otro lado, será, será, será?". Y desde la absoluta terquedad más terca e irracional, de la que te hace equivocarte a propósito, sale un NO, pero como rabioso....
Y no porque no se pueda, vamos, los chinos más pobres emigran, los mexicanos más empobrecidos se meten en una van arriesgándolo todo por una esperanza. El problema es ese, falta de fé. Sí, con minúscula, porque no voy a hablar de temas religiosos, pero no confío ciegamente en ningún país - no confío ciegamente ni en mi gente -. Que me digan lo que sea de Australia, de Canadá, de Inglaterra o de Estados Unidos, incluso de España.
Y sí, tienen razón en muchas cosas, pero como les digo, en ese particular tengo una terquedad ciega que me domina, no es más ni menos que fé, es como más bien otra cosa.
Se acerca el final del año, quisiera pensarnos como pícaros audaces, como héroes desgarradores, como poetas del camino, como artistas del vivir. Pero somos más bien otra cosa. Somos venezolanos. Somos sudamericanos, pero no tanto; caribeños, pero no tanto; latinos, pero no tanto. Los que tienen todo, pero no tienen nada; los herederos cobardes de los héroes más valientes, los pícaros más astutos de todo el continente, capaces de evadir las mayores desgracias, capaces de evadir las mayores utopías.
Siempre tenemos planes más urgentes - como sobrevivir, por ejemplo - a tener una vida decente. Es más importante, siempre, que no nos jodan, a simplemente no joder.
Muy probablemente esta sea el último post del 2008, 4 cifras, su suma da 10, la multiplicación da cero, la división da 0.25 o 4 si se hace a lo chino. Ha sido un año, espero que para muchos, salvado por el amor. Por el cariño de una sonrisa, por la mirada de la esperanza y de la fé pero en otra persona con nombre, con apellido, con cédula y con familia. No un país anónimo, no un partido que se hace pasar por hombre, no por un continente al que no le importas nada.
A los pícaros - los rogue o trickster como dirían los arquetipalistas (Quedé fiebrúo con un libro de Axel Capriles) - no nos queda más salvación para sanar nuestro oscuro individualismo que desplegarnos en otro, amándolo, odiándolo, o al menos, haciendo que nos importe.
El amor, el romance, la pelea, la pasión por alguien. Eso fue el 2008. El que se preocupó por la economía, le pareció que el año fue: malo, la política: malo, la sociedad: malo, el bien común: malo.
Para el que se enamoró, se despechó, o se arrechó fue un año de vida provechoso. Para los demás, les recomiendo un esquema mixto de actividades afectivas para el 2009 (A veces me crispa el tono Hermético de estas frases); pero todos tenemos debilidades por lo profético, así sea echando vaina.
¡Qué viva Venezuela! ¡Feliz Navidad y el año que viene les doy el feliz año!