domingo, junio 22, 2008


Luego de un año completo trabajando para la misma empresa, he logrado finalmente gozar de lo que se denominan "vacaciones". Nunca antes lo había hecho de esta forma, tan discrecional, tan profesional... ¿Tan impredecible?

He decidido apretar el acelerador en dirección contraria a la urbe, distraerme un poco de su violento amor, de sus correas ensangrentadas, sus estallidos de ira, sus despechos desenfrenados... Hoy por hoy, he ido y venido, he leído, escrito y tachado, incluso borroneado, he escuchado piezas que había abandonado a una parte oscura de mi memoria... ¿Y cómo pasa tanto y tan poco en un año?

Durante meses, mis temas de conversación, mis preocupaciones, ambiciones, frustraciones y desesperaciones, provinieron del trabajo... Rapidamente, los espacios del habla son colonizados por otros temas, otras angustias, otros deseos...

La primera pausa, luego del primer sprint... es una sensación novedosa, basado en otra novedad. Y mientras tanto, se aproxima un nuevo reto. Muy cerca está ya, el TOEFL (IbT Mode), que está muy ligado a la cercanía de ingresar al postgrado. Nuevamente pensamientos van, pensamientos vienen, y puedo sentir la niebla helada de Londres colándose entre mis orejas. También la excitación inminente de estar en otra ciudad distinta, el frenesí londinense, el tono lluvioso de fondo, millones de personas, kilómetros de transporte subterráneo y superficial, bibliotecas centenarias, millones de libros, revistas y documentos disponibles las 24 horas para mentes desorientadas como la mía.

No podemos dejar a un lado el vacío en el estómago... El riesgo de la soledad, tanto en Londres como en Caracas, el miedo de perder lo que se tiene por ambiguas aspiraciones y relativos logros. Pero como diría algún personaje de alguna película no tan importante: "stick to the plan, boy!"y eso es lo que hago... Por alguna razón, sigo convencido de algo que se me ocurrió hace ya varios años, cerca de 4 ya... Lo cual es bastante complicado en mi caso particular. Pocas ideas son tan duraderas como lo ha llegado a ser el postgrado en Gran Bretaña. Y quizás tenga algo de sentido que su trascendencia sea cuestionable.

He sido, desde hace algunos años ya, una figura - nótese lo decorativo de denominarse a uno mismo, "figura" - que destaca por no pelear, no gritar, no agredir, ni levantar la voz para defender mis puntos de vista. De hecho, mi flexibilidad ha llegado a niveles tan exhorbitantes, que se acerca a la falta de confianza y amor propio.

Es algo, que he reflexionado, a la luz del sol playero, el maní y unos vasos de ron. Queda muy claro entonces, que si bien, no es necesario llegar a hostilidades si es necesario recuperar algunas características criticadas previamente, en este personaje - sí, otra palabra decorativa-

Luego de que se te hace creer con firmeza que obedecer es primordial, la paz el primer valor, la tranquilidad y la convivencia prioridades de existencia humanas... Es casi todo falso... O al menos, está planteado en términos muy truculentos... Hay que obedecer, pero solo de lo que se está convencido, la lucha es necesaria para procurar la justicia y; la paz es el mayor obstáculo para la gloria y equidad humana, la convivencia solo es posible con aquellos que están dispuestos a considerarnos como iguales y respetarnos...

En definitiva, más allá de la absoluta incoherencia de todos estos párrafos, quería definir con ustedes, o mejor dicho, retrazar... un rumbo distinto. Pronto estaremos cara a cara con el destino, para darnos cuenta, de que no es un día del juicio, o una hecatombe fantástica... es muy otra cosa