lunes, septiembre 20, 2010

Las elecciones me erosionan la paciencia. Es uno de esos eventos de masa que detesto con todo mi ser, como las marchas, los discursos placeros, los planes vacacionales, las misas, las caminatas al Sambil, etc. No me gustan para nada por una razón sencilla: todo el mundo jura que se le está comiendo.
Yo pensaba que de lejos me iba a pegar menos, pero es peor. Hay gente que no me escribió por meses - si, es contigo cabeza de piña - y me mandan un link por el muro de Facebook. Y yo digo "Ah, que fino! Seguro es una vaina cómica". Y me encuentro con esta vaina!. Oigan, por favor... Yo no soy abstencionista, a diferencia de Eudomar Santos. No hace falta que me convenzan de hacer algo que siempre hago. He votado en todas las elecciones que me han tocado desde que puedo y cada vez que veo los resultados - tanto electorales como prácticos - termino ligeramente decepcionado. Y eso porque soy un pesimista pragmático, porque si no andaría deprimido como va a estar el 80% de la gente que anda ahora creyendo que se le están comiendo y que van a arreglar el país con unas elecciones. El otro 20% no se va a deprimir simplemente porque van a seguir creyendo que se le están comiendo, ganen o pierdan.
Siempre hay alguien así, el tipo que llega con el Blackberry último modelo que se compró en Miami y se lo muestra a todo el mundo. La típica chama que se hace las tetas y llama a todas las amigas - especialmente las que las tienen chiquitas - y se las lleva a todas para el baño a mostrárselas.
Y las elecciones hacen que todo el mundo se comporte más o menos de esa manera, como antes de un juego de pelota. Y dirán que soy un agüao, pero es que no me gusta la euforia colectiva. Para mi la euforia y la pasión deberían ser algo privado y sin ropa, preferiblemente.
Lo otro es que me anden diciendo algo que iba a hacer por mi propia iniciativa. Me revienta. Es como que te digan: "Si te dan ganas de cagar, anda al baño". Pana, es lo que hago. Yo voto y cada vez que veo a la gente por la que voto hablando tonterías siento que fui para el baño en lugar de votar. Porque, de pana, les falta tumbao, les falta "punch", malicia, guaguancó, no se como decirlo, pero es que la gente de Primero Justicia es más insípida que tetero de espaguetti.
Y no me tomen a mal, esto no es un discurso en contra del voto, es un pronunciamiento en contra del absolutismo electoral. El voto no es nuestro deber ciudadano, es lo mínimo que se puede hacer. El ciudadano que vota y no hace más nada es un ciudadano mediocre. Es el equivalente a un empleado que llega y sale a la hora sin hacer nada en la oficina. Entonces, no crean que porque van a votar y se informan acerca de los candidatos están haciendo una gran vaina, porque no es nada. Voy a votar porque me preocupa la inseguridad? NO. Voy a votar porque me toca, porque es mi derecho y mi deber (y porque me sale del forro). O es que le vas a meter el meñique morado al malandro por el ojo? La inseguridad se combate de muchas maneras y ninguna incluye campaña electoral, videítos de youtube con coreografías sosas y lemas pegajosos. Igual la pobreza, la indigencia, el deterioro de los servicios públicos, el racismo y la xenofobia. Así que vayan, voten, hagan su campaña y emociónense si es lo que les gusta. Pero no se queden ahí. Y no me manden a votar.
Gracias.