martes, julio 08, 2008


Me han preguntado varios amigos qué quiero decir con la pregunta:

¿Nacionalizando el enemigo?

Puedo asomar algunas cosas, pero las dudas son más difíciles de esclarecer que las opiniones. Nuestro Estado ha asumido nuevas formas de relación y de significación de aquello que no es Estado. Por un lado, el Estado ve a sus ciudadanos como perpetuadores, defensores, la sangre que fluye y sostiene el Sistema articulado y justificando su existencia.

Pero el Estado nos ve - o los ve, no sé si el Estado me considera su ciudadano - también como utensilios. No se diga más, hemos sido utilizados para proponer una manera dicotómica de ver el mundo y hemos jugado nuestro papel con descarnado compromiso. Sin embargo, no es de polarización de lo que quiero hablar, porque los compatriotas no somos nacionalizables, seamos partidarios o no de los funcionarios electos para ejercer una cuota de poder estatal. Lo que quiero hacer dudar - porque está muy claro, que no es hacer entender - es si el enemigo es nacionalizable, o si la nacionalización es una estrategia de anulación del enemigo.

Aspectos de importancia estratégica para la Nación, en orden cronológico mas no de importancia:

- Electricidad
- Teléfono
- Minerales
- Cemento y Concreto
- Acero

No digamos, que AES, Verizon, HECLA, Crystallex, Ternium Lafarge, Holcim y Cemex son el enemigo.

Cada una proveniente de países amigables:

- Estados Unidos (En uno de los casos específicamente Texas, casi poético)
- Suiza (Nunca hemos tenido nada en contra de los amables helvecios)
- Francia (Oh, París!)
- México (Órale! Nada en contra de los cuates! - excepto aquello de un cierto personaje electo por ellos quien fue denominado por un funcionario nuestro "cachorro del imperio")
- Canadá (¿Quién tiene algo en contra de ellos?)
- Argentina (No comments)

En fin, no podríamos decir que es un tema de lineamiento geopolítico de estos países en el mundo. Pareciera que solo tienen el penoso deber de ser el terreno donde se ubican las sedes de las compañías afectadas por el "nuevo" modus operandi de segmentación y anulación de resistencias de nuestro Estado.

Mis amigos se preguntarán:

¿Te volviste loco? ¿Estás defendiendo a Corporaciones Trasnacionales como si fueran víctimas de un gobierno del tercer mundo?

La respuesta, mis estimados es: no. No defiendo a las Corporaciones de nuestro nunca bien ponderado gobierno tercermundista. Simplemente digo, la disidencia política obrera-proletaria, la defensa de los derechos laborales, de participación política, de reclamo ante el abuso y la explotación lucen cada vez menos espontáneos.

Está siendo nacionalizado - o más bien estatizado - el activismo, el reclamo, el armar -un-soberano-peo porque no pagaron las prestaciones, las utilidades o alguna otra cosa de esas reivindicadas de alguna u otra forma, mediante el soborno, el chantaje o cualquier otra forma válida de lucha que tenga el mero empleado o proletario frente al patrono.

Antes, se le decía sindicalero al oportunista que tomaba la posición de director de un sindicato para su beneficio y el de sus amigos. Ahora, el oportunismo pierde escena, ahora todo pareciera estar tejido desde otra parte, cerca a Miraflores y así se le interpreta.

Se nos hace pensar, ahora, que los únicos que arman-peo en este país son pagados por alguien más: o el Gobierno o la CIA.

¿Acaso hay que pagarle a la gente para que se arreche?

Noticia nueva para muchos: conozco muchas personas que se arrechan y arman-peo gratis. Solo escriban en comentarios con su correo y puedo ponerlos en contacto - también gratis.

La imagen de la protesta proviene de www.apasarelrato.com, donde se agradece a Mary Hello. ¡Extendemos nuestro agradecimiento a Mary!