domingo, octubre 05, 2008

Poco veo televisión. Poco me informo. Poco leo prensa. Casi todo el tiempo de ejercicio intelectual lo dedico a la especulación.

Actualmente, 3 fenómenos me llaman profundamente la atención:

- La víspera de otro proceso electoral
- El colapso financiero mundial
- El caso del maletín

En cuanto al primer punto, creo que no pecaría de exagerado, si atino a especular que ha habido al menos un proceso electoral anual desde 1998. No recuerdo un año sin algún proceso de votación y tampoco recuerdo muy bien que se eligió las últimas 3 elecciones. Sé que por ahí había una reforma que fue rechazada pero que igual se impuso - por ejemplo - pero al final, esto no es nada importante.

La definición de la "oposición" como una categoría homogénea ha demostrado ser un mecanismo perverso para deslegitimar iniciativas disidentes a través de acciones cada vez más grises, egoístas y descaradas. Han habido tantas puñaladas a nivel interno de la "oposición" y también, por qué negarlo, del lado del oficialismo, que debo mantener mis ojos entrecerrados para evitar ser encandilado por el metal relampagueante de los puñales que vuelan en todas las direcciones.

Entonces ahora lo que queda es votar. Lo más terrible de estas últimas 10 elecciones, es que ni los abstencionistas podrán tener la conciencia tranquila. Vote por quien vote se sentirá chimbo. Si no vota, se sentirá peor. Entonces vote, vote con pasión, con entusiasmo, como si importara, como si las últimas 10 veces hubiera dado algún buen resultado.

En cuanto al segundo punto, he visto por allí algo de comedia respecto al colapso financiero internacional. Existe una versión muy sólida respecto a por qué está ocurriendo la crisis y al parecer tiene que ver nuevamente con espacios poco auditables de flujo de dinero. Esto nos podría recordar la crisis de Enron/Arthur Andersen, por ejemplo y como consecuencia directa de la misma, la ley SOX.

Yo por mi parte, sigo pensando que los mercados de valores son cosas interesantísimas. El día que un crack financiero mundial no genere un alza en la Bolsa de Valores de Caracas, quisiera estar allí. La crisis actual también me recuerda la de finales de los 90, con el cuento del colapso de los tigres asiáticos. Hoy día, los tigres están bien, de hecho están bastante mejor que Estados Unidos y Europa en la crisis actual. Latinoamérica pareciera ser otro espacio del mercado donde podría buscarse refugio, pero honestamente, creo que los cambios que parecen asomarse en el horizonte en función de esta crisis actual son más que todo literatura entretenida y refrescante. El día que se presentó el problemita con el Plan de Rescate uno que otro experto asomó una caída inevitable del mercado latinoamericano, otros fueron un poco más optimistas, en todo caso, el dilema será cerrado a futuro.

Finalmente, y por ello no menos importante. El maletín. Si PDVSA, Playboy, la DISIP, la Inteligencia Militar Venezolana y la televisión argentina están juntas en esto, algo debe haber allí interesante.

Más que la ex agente Telpuk, más que el Guido, más, inclusive, que autoridades como Ramírez o El Aissami. La verdad es un caso apasionante, espectacular. Primero 800 mil dólares en un maletín. Todo el escándalo era que fue en un avión pagado por nuestra empresa bandera. Es como si el mapa de Venezuela hubiera pagado el avión y hubiera dado la plata para el maletín.

Resulta que habían US $ 4.2 millones más en el avión según Guido. Se dice que la plata, al menos los 800 mil, eran para la campaña de Cristina Fernández. Ahora, ¿para qué son los 4.2 palos?

Si bien es cierto que el presupuesto para traslado y guardia de nuestro presidente son 20 palos, por qué serían apenas 5 palos para que ganara Cristina.

Se asoman también otros gastos, pero creo que ya es hora de ver el dinero como algo irrelevante, sobretodo cuando es dinero de nuestra nación. No es importante el patrimonio nacional, no es importante, no es importante cubrir las necesidades de los ciudadanos, no es importante, ya se ha avanzado demasiado, en Venezuela nos hace falta es influencia en Latinoamérica, más nada, no necesitamos ese cochino dinero.

Lea el párrafo anterior hasta que deje de sentir esa envidia tan fea por nuestros países hermanos quienes reciben ese dinero que no necesitamos.