Algunos pudieran pensar que mi nivel de escualidismo - bastante discutible - me obliga a publicar algo respecto a la derrota electoral. Algo que mantenga la motivación desde una perspectiva distinta lo que quizás habrán podido leer o escuchar durante los últimos días, desde el domingo hasta hoy.
Noto con desgano, la facilidad con la que se odia, la dificultad de entender y el fastidio que da ubicarse en una postura relativamente respetuosa respecto a otros.
Da hasta aburrimiento profundo - al menos para alguien que no se considera un líder de la casta moral - ubicar un pronunciamiento en un lugar tan complicado como el respeto mutuo.
Y todo este desdén, toda esta... desidia... no es más que el afecto apropiado para el actual. Porque, ciertamente, me ha dado por divagar, que el modelo más cercano al proceso de funcionamiento de polis venezolana es el liceo.
Si ubicamos los roles dentro de un modelo explicativo, el carajito más rata del liceo es... ¡nuestro Presidente, Hugo Rafael!
No solo es el más rata, sino que es hijo de la Directora. Nadie quiere meterse con él, los profesores le tienen miedo, las maestras mucho más. Muchos le temen, pero muchos más le jalan bola.
Al final, a la mayoría le parece un tipo realmente simpático, conversador, arma las mejores rumbas, tiene de su lado a los tipos que pegan más duro, los más malandros. Y en general, aparte, ha armado zaperocos que aturden a los profesores, los directores del liceo - incluyendo a su mamá - y a los de los liceos cercanos que piensan que son mejores que el nuestro. Y estos zaperocos son muy importantes para conseguir apoyo adolescente.
Nuestro Presidente ha amenazado a los liceos sifrinos con una coñaza si se meten con nosotros, mantiene tensa la avenida con este tema, pero pocos creen que se genere semejante peazo. Ni siquiera los panitas de Hugo. En realidad, muy pocos en el liceo - sólo los más malandros - quieren caerse a piñas con los liceos sifrinos. Los demás simplemente les va bien con las rumbas de Hugo, aparte que los demás ratas nunca tomaban en cuenta a la mayoría de los chamos del colegio, solo se quedaban con su grupito de dos o tres para ir a levantarse a las chamas del liceo sifrino.
Hugo se empató con una sifrina, pero ya terminó con ella.
¡¿Y semejante estupidez dices para animarnos?! - me parece escuchar...
Sin embargo, cuando anuncio mis creencias respecto a las expectativas de la audiencia es para levantar la sospecha de que tales expectativas no serán satisfechas.
Por ahora, queda al menos una salida sensata. Nada de matar a Chávez, nada de golpe de estado, nada de referéndum revocatorio. No, eso no es sensato en un liceo. Cada gallo debe conseguirse un pana ratica. Alguien que ande con el más rata del liceo, para que lo apadrine.
Así que, estimados lectores opositores, si no han logrado tener un amigo chavista que los represente, es el momento de buscarlo. La política no debe ser un obstáculo para la amistad. Busquen dentro de sus gustos musicales, literarios, intereses espirituales y personales, hobbies, talentos e incluso cosas que detestan. Algunas de estas serán compartidas con el grupo que sienten que odian. Una vez que cada opositor tenga a un chavista que lo represente se habrá dado el primer paso.
No será posible abusar de ningún gallo sin generar un conflicto de algún rata con otro. Los gallos entenderán mejor a los ratas, e incluso pensarán que no son mala gente. No dirán que son ignorantes, negros desdentaos y sin cultura. Los ratas no dirán que los gallos son unos interesados insensibles, materialistas que viven en teorías y que nunca han pasado hambre.
Poco a poco, la paz, en medio de camisas azules y beige se forjará, en medio de la dinámica de secundaria.
Eso... o que abran cancha en el patio del liceo... lo cual - aquellos que recuerdan episodios bélicos de secundaria - siempre eran decepcionantes, torpes y breves.
Noto con desgano, la facilidad con la que se odia, la dificultad de entender y el fastidio que da ubicarse en una postura relativamente respetuosa respecto a otros.
Da hasta aburrimiento profundo - al menos para alguien que no se considera un líder de la casta moral - ubicar un pronunciamiento en un lugar tan complicado como el respeto mutuo.
Y todo este desdén, toda esta... desidia... no es más que el afecto apropiado para el actual. Porque, ciertamente, me ha dado por divagar, que el modelo más cercano al proceso de funcionamiento de polis venezolana es el liceo.
Si ubicamos los roles dentro de un modelo explicativo, el carajito más rata del liceo es... ¡nuestro Presidente, Hugo Rafael!
No solo es el más rata, sino que es hijo de la Directora. Nadie quiere meterse con él, los profesores le tienen miedo, las maestras mucho más. Muchos le temen, pero muchos más le jalan bola.
Al final, a la mayoría le parece un tipo realmente simpático, conversador, arma las mejores rumbas, tiene de su lado a los tipos que pegan más duro, los más malandros. Y en general, aparte, ha armado zaperocos que aturden a los profesores, los directores del liceo - incluyendo a su mamá - y a los de los liceos cercanos que piensan que son mejores que el nuestro. Y estos zaperocos son muy importantes para conseguir apoyo adolescente.
Nuestro Presidente ha amenazado a los liceos sifrinos con una coñaza si se meten con nosotros, mantiene tensa la avenida con este tema, pero pocos creen que se genere semejante peazo. Ni siquiera los panitas de Hugo. En realidad, muy pocos en el liceo - sólo los más malandros - quieren caerse a piñas con los liceos sifrinos. Los demás simplemente les va bien con las rumbas de Hugo, aparte que los demás ratas nunca tomaban en cuenta a la mayoría de los chamos del colegio, solo se quedaban con su grupito de dos o tres para ir a levantarse a las chamas del liceo sifrino.
Hugo se empató con una sifrina, pero ya terminó con ella.
¡¿Y semejante estupidez dices para animarnos?! - me parece escuchar...
Sin embargo, cuando anuncio mis creencias respecto a las expectativas de la audiencia es para levantar la sospecha de que tales expectativas no serán satisfechas.
Por ahora, queda al menos una salida sensata. Nada de matar a Chávez, nada de golpe de estado, nada de referéndum revocatorio. No, eso no es sensato en un liceo. Cada gallo debe conseguirse un pana ratica. Alguien que ande con el más rata del liceo, para que lo apadrine.
Así que, estimados lectores opositores, si no han logrado tener un amigo chavista que los represente, es el momento de buscarlo. La política no debe ser un obstáculo para la amistad. Busquen dentro de sus gustos musicales, literarios, intereses espirituales y personales, hobbies, talentos e incluso cosas que detestan. Algunas de estas serán compartidas con el grupo que sienten que odian. Una vez que cada opositor tenga a un chavista que lo represente se habrá dado el primer paso.
No será posible abusar de ningún gallo sin generar un conflicto de algún rata con otro. Los gallos entenderán mejor a los ratas, e incluso pensarán que no son mala gente. No dirán que son ignorantes, negros desdentaos y sin cultura. Los ratas no dirán que los gallos son unos interesados insensibles, materialistas que viven en teorías y que nunca han pasado hambre.
Poco a poco, la paz, en medio de camisas azules y beige se forjará, en medio de la dinámica de secundaria.
Eso... o que abran cancha en el patio del liceo... lo cual - aquellos que recuerdan episodios bélicos de secundaria - siempre eran decepcionantes, torpes y breves.